De padres-clientes a padres-colaboradores

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Para poder entender la filosofía y metodología de trabajo de Proyecto CySNE es imprescindible pararse a pensar sobre el proceso de ser padre. Durante la lectura de esta mañana, me he detenido en la siguiente idea, «ser padres, un oficio difícil para el que no existe formación». Efectivamente no existen manuales ni cursos para ser padre, de hecho el ser padre viene determinado por una serie de creencias sociales que a veces no nos permiten ser realistas con respecto a la vivencia de tener hijos.

Tener un hijo implica sin lugar a dudas un cambio en la pareja, pasan de tener una relación a dos, a tener múltiples tipos de relaciones entre varios. Esta nueva situación, nos permite reconocer que se están produciendo cambios y; que como padres, el nacimiento solo es el principio de un proceso lleno de situaciones críticas que afectarán directamente a la convivencia y al sistema familiar.

Cierto es que no existen manuales para afrontar esta realidad, pero todos hemos podido asistir a la escuela de nuestros propios padres, es decir, todos llevamos nuestro modelo familiar heredado, el cual se depositará de una u otra manera en nuestros hijos.

Esto nos lleva a darnos cuenta de que todas las personas, seamos padres o no, partimos de esa herencia familiar a la hora de relacionarnos. Desde Proyecto CySNE entendemos que cada una de las personas que trabajamos en él, tenemos nuestras creencias y valores, a los cuales tenemos que estar muy atentos para no transferir y condicionar a las familias con las que trabajamos. Esto nos permite darnos cuenta de que la clave de nuestro trabajo no está en encontrar una falta, una tara en la familia o el usuario, ya que estarían condicionadas por nuestra herencia familiar y cultural, sino buscar sus competencias, sus capacidades y potenciarlas, no tanto centrarnos en la culpa sino en la responsabilidad, la cual les da la posibilidad de responder, innovar y buscar sus propias soluciones. Nosotros consideramos que las familias tienen sus respuestas a sus dificultades, nuestro trabajo es ayudarles a que las encuentren.

Una vez tenemos claro esto y nos paramos a pensar en el trabajo institucional con los niños y las familias, podemos entender cómo se ha considerado el internamiento, durante mucho tiempo, primero como la única vía de la solución al conflicto familiar y segundo, como una desaprobación a los padres y como castigo a los hijos, siendo el niño el árbitro entre la institución y la familia, poniéndolo en situaciones realmente comprometidas que no le correspondían. Desde la Asociación Albores de Murcia y Proyecto CySNE, introducimos la intervención familiar y ofrecemos alternativas que no se limiten a considerar la institucionalización como la única vía de solución; pues entendemos que, el internamiento es necesario en situaciones puntuales, pero no como un castigo a la unidad familiar, sino como una estancia de ruptura muy corta donde se pueda reestablecer el sistema familiar para que posteriormente, podamos intervenir en la propia calle y en el domicilio familiar desde las distintas áreas (psicología, psiquiatría, educativa, sociofamiliar).

Teniendo en cuenta esta propuesta y este pequeño conjunto de ideas, desde Proyecto CySNE entendemos que los padres son nuestros colaboradores, para eso nuestra metodología de trabajo en primer lugar, busca que el niño acuda a nuestra institución como espacio donde se sienta bien atendido y propicie el crecimiento personal, en segundo lugar, que la familia sienta su propia importancia y que sin ellos, que son los que conocen mejor a su hijo, éste no podrá avanzar y nosotros no podremos hacer nada duradero y, por último, hacer de las crisis familiares oportunidades de cambio.

Por todo ello, agradecemos que las familias nos abran las puertas de sus casas para que podamos demostrar otro modo de intervención que complemente la función de los internamientos y para que nuestra intervención técnica sea individualizada y ajustada a la situación real que nos ofrece cada contexto familiar. De tal modo que, los padres y madres, que este aprendizaje experiencial sea bidireccional y enriquezca tanto a la unidad familiar como al sistema de intervención que tenemos establecido.

Por Clara Molina Pérez

Directora Proyecto CySNE

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