En el corazón de nuestro Proyecto CySNE y Vincula, nos esforzamos continuamente por brindar experiencias enriquecedoras y terapéuticas a los menores que enfrentan desafíos en la gestión emocional y las relaciones interpersonales. Una de las actividades más significativas y fructíferas ha sido el mantenimiento y abono de nuestro huerto en el centro de día de El Sauce.
La tarea de cuidar un huerto va mucho más allá de la jardinería. Para nuestros jóvenes, el huerto se ha convertido en un espacio de aprendizaje vital, una herramienta terapéutica y un símbolo de crecimiento y renovación.
Aprendizaje y Desarrollo de Habilidades. El trabajo en el huerto enseña habilidades valiosas: desde el conocimiento práctico sobre plantas y su cuidado, hasta habilidades de planificación y trabajo en equipo. Los jóvenes aprenden sobre responsabilidad y dedicación al cuidar de las plantas, observando de cerca cómo sus esfuerzos se traducen en resultados tangibles.
Beneficios Terapéuticos. La jardinería es una actividad que fomenta la calma y la concentración. Para nuestros menores, trabajar en el huerto es una oportunidad para practicar la atención plena y aliviar el estrés. El contacto con la naturaleza y el ritmo tranquilo de las tareas del jardín ofrecen un entorno sereno, ideal para la reflexión y el crecimiento personal.
Conexión con la Naturaleza. En el huerto, los jóvenes experimentan una conexión profunda con el ciclo de la vida, comprendiendo el valor del cuidado y la paciencia. Esta conexión con la naturaleza a menudo se refleja en una mayor conciencia ambiental y un sentido de responsabilidad hacia el mundo que les rodea.
Impacto en el Comportamiento y las Relaciones. La actividad del huerto también juega un papel crucial en la mejora del comportamiento y las habilidades sociales. Al trabajar juntos, los jóvenes aprenden a cooperar, a comunicarse de manera efectiva y a resolver conflictos de manera constructiva. Esta cooperación fortalece sus relaciones interpersonales y fomenta un sentido de comunidad y pertenencia.
El huerto de El Sauce no es solo un espacio para cultivar plantas; es un lugar donde nuestros jóvenes pueden ver su propio crecimiento y desarrollo reflejados. Cada semilla plantada y cada planta cuidada simboliza un paso adelante en su camino hacia una mejor gestión emocional y habilidades de relación.
En el Proyecto CySNE y Vincula, estamos comprometidos a proporcionar a estos jóvenes las herramientas y oportunidades para florecer, tanto personal como emocionalmente. El huerto es un testimonio vivo de este compromiso y una parte fundamental de nuestro enfoque terapéutico. Mientras celebramos el éxito y el impacto positivo de nuestro huerto en el centro de día de El Sauce, es esencial reconocer y agradecer a quienes hacen posible esta maravillosa iniciativa. Un agradecimiento especial a Antonio, Gerardo, María y Pedro, cuyo dedicación, pasión y compromiso no solo han nutrido las plantas de nuestro huerto, sino también han cultivado un cambio significativo en la vida de nuestros jóvenes. Su incansable esfuerzo y cuidado diario son la verdadera esencia de este proyecto, proporcionando un ambiente de apoyo, aprendizaje y crecimiento. Gracias a su guía y dedicación, el huerto se ha convertido en un símbolo vibrante de transformación y esperanza para todos los que forman parte del Proyecto CySNE y Vincula.
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