Explorando el Mundo Interior a través de la Arteterapia

Dairon, junto con otros adolescentes, exploró el autodescubrimiento de los adolescentes en Juntos Sumamos Ceutí y Lorquí. La sesión de arteterapia fue reveladora. Con plastilina, moldearon emociones, no solo formas. Esta técnica libera sentimientos ocultos y abre un canal hacia el interior. Al trabajar la plastilina, exploramos sin palabras descubriendo emociones y pensamientos nuevos. Cada creación refleja lo que sentimos. Nuestras manos y la plastilina dialogan y ese intercambio crea entendimiento y conexión profunda.

Los beneficios de la actividad son:

Autoconocimiento. Este surge de un proceso íntimo entre las manos y la plastilina. Al crear, cada forma y textura que modelamos refleja aspectos de nuestro ser interior, revelando sentimientos y pensamientos que muchas veces ignoramos. Este acto de dar forma a la plastilina se convierte en un espejo, mostrándonos quiénes somos y cómo nos sentimos. A medida que nuestras manos trabajan, descubrimos y aprendemos sobre nuestras emociones más profundas. Las creaciones que emergen de este proceso son más que arte; son narraciones visuales de nuestras historias personales, un diálogo íntimo y revelador que nos permite conocernos mejor.

Liberación Emocional. La liberación emocional en la arteterapia con plastilina es un proceso poderoso. Al trabajar con este material, se convierte en un reflejo físico de nuestras emociones internas, ofreciendo una vía para liberar y procesar sentimientos de manera controlada. Cada pieza moldeada permite expresar y entender emociones que a menudo son difíciles de verbalizar. Este acto de crear con las manos facilita un desahogo emocional, donde la plastilina absorbe nuestras alegrías, tristezas, frustraciones y esperanzas. Al dar forma a la plastilina, damos forma a nuestras emociones, permitiéndonos comprenderlas y manejarlas de una forma más saludable y constructiva.

Reducción del estrés. La reducción del estrés se manifiesta a través del acto mismo de amasar y dar forma a la plastilina. Este proceso es una forma de meditación activa, que nos permite centrar nuestra atención y calmar la mente. Al enfocarnos en el tacto y el movimiento de nuestras manos, nos desconectamos de las preocupaciones diarias, sumergiéndonos en el momento presente. Esta práctica de atención plena reduce significativamente los niveles de estrés y ansiedad, proporcionando un oasis de tranquilidad en nuestras vidas agitadas. A medida que damos forma a la plastilina, también moldeamos nuestra serenidad interior, encontrando un refugio pacífico en el acto creativo.

Conexión con los otros. La conexión con los demás surge de forma natural en el espacio compartido de creatividad. Al trabajar juntos con plastilina, se crea un vínculo único entre los adolescentes. Este acto común de creación fomenta una comprensión mutua y empatía profunda. Mientras cada uno da forma a su pieza, compartimos experiencias, emociones y perspectivas. Esta actividad conjunta rompe barreras, fomentando la colaboración y el apoyo. A través de este proceso creativo, no solo creamos arte, sino también relaciones significativas. Un puente que une a las personas, fortaleciendo la comunidad y el sentido de pertenencia.

Para concluir, queremos destacar y agradecer especialmente el papel de Dairon en esta actividad. Su dedicación y habilidad para guiar a los adolescentes en este viaje de autodescubrimiento y expresión creativa han sido fundamentales. La pasión y el compromiso de Dairon han creado un entorno de apoyo y confianza, permitiendo a cada joven explorar y expresar sus emociones de manera única. Gracias, Dairon, por ser una luz guía en este camino hacia la autoexploración y el crecimiento emocional de los adolescentes con los que trabajas.